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Se le otorgó la Medalla de UCSD al Premio Nobel Mario Molina
Centro de Noticias de la Universidad de California en San Diego
Por Robert Monroe, 22 de mayo de 2014
Se le otorgó la Medalla de UCSD al Premio Nobel Mario Molina
El premio cierra un día de celebraciones en honor a la carrera del aclamado científico.
El rector de la universidad UC San Diego Pradeep K. Khosla presentó al Profesor Distinguido de Química y Bioquímica Mario Molina la Medalla de la UCSD, la condecoración de mayor prestigio que concede la universidad y que sólo se ha otorgado diez veces en su historia, en su mayoría a jefes de Estado visitantes.
Durante la presentación de la medalla, Khosla citó el aforismo de Margaret Mead en el que un pequeño grupo de personas comprometidas pueden cambiar el mundo. Esto se llevó a cabo durante una ceremonia el 12 de mayo que incluyó una cena y una serenata con selecciones musicales de «La Traviata» y «Gianni Schicchi.» Al auténtico modo de San Diego, se hizo una pausa en la celebración para que los asistentes pudieran salir a caminar y a contemplar el «destello verde» del atardecer.
El día fue un reconocimiento merecido al Dr. Molina y un agradecimiento de no sólo esta generación, sino también de las venideras. El Dr. Molina, Premio Nobel, fue homenajeado en el foro Seaside del Instituto Scripps de Oceanografía por su trabajo que permitió a la sociedad evitar el desastre ambiental y que abrió camino en uno de los aspectos más difíciles de la ciencia del cambio climático. También fue elogiado por traspasar las barreras de la ciencia y hacer del cambio climático una cuestión de justicia social.
Funcionarios de la Universidad organizaron una aparición sorpresa por parte de intérpretes de la empresa Tijuana Opera Ambulante, dado que la ópera es la música favorita del Dr. Molina.
“Usted ha cambiado el mundo «, comentó Khosla. «Usted lo ha cambiado para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos.”
El Dr. Molina obtuvo el Premio Nobel de Química en 1995, compartiéndolo con el fallecido F. Sherwood Rowland y el profesor emérito del Instituto Scripps de Oceanografía Paul Crutzen, por su trabajo que demostró que el uso de los clorofluorocarbonos (CFC) en los aerosoles estaba destruyendo la capa de ozono protectora de la Tierra. El premio se debió al trabajo presentado en un artículo de referencia en 1974, mismo que llevó otros diez años para ser verificado por mediciones de la estratosfera.
Su trabajo impuso uno de los mayores cambios de la historia en el mercado de consumo en respuesta a un riesgo ambiental, ya que las empresas retiraron rápidamente los productos que contenían CFC; desde aerosoles para el cabello hasta refrigerantes, por alternativas más seguras. El cambio fue codificado en 1990 por el Protocolo de Montreal, que sigue siendo hoy en día un modelo de acuerdo internacional sobre el clima que los países no han sido capaces de replicar desde entonces. Ralph Cicerone, presidente de la Academia Nacional de Ciencias y amigo de Molina, relató esta historia como un testimonio de la importancia del homenajeado.
“El protocolo entero fue promulgado antes de que hubiera evidencia de daño», comentó Cicerone, uno de los primeros oradores del simposio. «Increíble… en el contexto del momento actual.”
La co-organizadora del simposio Kimberly Prather, distinguida catedrática de química atmosférica de la universidad UC San Diego, habló del profundo impacto que Molina tuvo en su propia carrera. Prather ahora dirige el Centro de Impactos del aerosol sobre el Clima y el Medio Ambiente (CAICE por sus siglas en inglés), que en 2013 recibió una subvención de 20 millones dólares de la Fundación Nacional para la Ciencia, la más grande jamás recibida por el departamento de química y bioquímica de la Universidad de California San Diego. Molina está en el equipo de investigación de CAICE.
“Me encanta decir que tengo el mismo asesor científico que Obama», comentó Prather a la audiencia del simposio. «Es inspiradora la forma en que hace las cosas, que va desde la ciencia fundamental hasta las soluciones. Lo ha hecho una vez, y ahora es parte del equipo para hacerlo de nuevo con nuestro gran próximo reto ambiental al que nos enfrentamos, que es relativo al efecto de los aerosoles sobre el clima.”
Durante los últimos diez años, el Dr. Molina ha sido profesor distinguido de la Universidad de California San Diego, con nombramientos en conjunto en el departamento de química y bioquímica, así como en Scripps. También se desempeña como presidente del Centro Mario Molina en la Ciudad de México, una organización sin fines de lucro dedicada a la búsqueda de soluciones a los retos de la protección del medio ambiente, el uso de la energía y el cambio climático.
Nacido en la Ciudad de México, el Dr. Molina obtuvo una licenciatura en ingeniería química por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1965, un título de postgrado en 1967 por la Universidad de Friburgo en Alemania y un doctorado en química física en 1972 de la Universidad de Berkeley.
Para cuando se unió a la Universidad de California San Diego, Molina ya era miembro de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. y del Instituto de Medicina, de la Academia Mexicana de Ciencias y la Academia de Ingeniería y la Academia Pontificia de las Ciencias. Ha formado parte del Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología del Presidente de los EE.UU. durante las administraciones de Barack Obama y William Clinton, de la Junta de Asesores del Consejo Nacional del Secretario de Energía, y es miembro del Consejo de Investigación en Estudios Ambientales y Toxicología y de los consejos de la Fundación de la Ciencia Estados Unidos-México así como de otras organizaciones ambientales no lucrativas.
En 2013, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad junto con la fallecida Sally Ride, quien también fue profesora de UC San Diego. En abril de 2014 el presidente francés François Hollande le otorgó al Dr. Molina la condecoración de la Orden de la Legión de Honor en grado de Caballero que otorga la República Francesa, máximo galardón de ese país. Y tiene su propio sello de correos en México.
“Mario ha sido un maestro y colega inspirador de tantos químicos atmosféricos», comentó Faye McNeill, una profesora de la Universidad de Columbia y ex alumna en el grupo de investigación de Molina en el MIT que ayudó a organizar el simposio junto con Prather. «La base de su trabajo es verdaderamente visionaria, química elegante. Pero más allá de esto, Mario es un maestro comunicador de la ciencia. Esto le ha permitido traducir los fundamentos de la química atmosférica en realidades políticas.”
Por su parte, el Dr. Molina comentó que estaba honrado por el homenaje. Comentó que hizo algunos cálculos rápidos en su teléfono celular cuando los invitados a la fiesta organizada en su honor no pudieron ver el destello verde; una breve ráfaga de luz verde producida en ocasiones cuando el sol se sumerge bajo el horizonte y las condiciones atmosféricas son propicias. “Era demasiado temprano en la noche», dijo. «Y no habíamos tenido suficientes bebidas.”
Molina comentó que vio su trabajo como una parte de un esfuerzo conjunto, que continúa en la actualidad por los colegas y ex alumnos que acudieron a La Jolla para honrarlo.
“Es algo que todos hicimos juntos», comentó,» así que todos merecemos estos reconocimientos.”
De izquierda, Pradeep K. Khosla, Kim Prather, Mario Molina y Ralph Cicerone.
Foto: UCSD
CENTRO MARIO MOLINA PARA ESTUDIOS ESTRATÉGICOS SOBRE ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE
CDMX